lunes, 9 de noviembre de 2009

::ACERCA DEL ESPACIO POÉTICO::

(Escrito con espíritu de ensayo relacionado con la obra de Gaston Bachelard “La poética del espacio”)

¿Es posible, acerca del libro de Bachelard que estamos tratando, deslindar al menos algunas ideas en la comprensión de la arquitectura desde el carácter de la poesía? Por supuesto, la respuesta a esta pregunta debe ser afirmativa.

“Lo primero es concebir la “cosa poética”; alrededor de ella se levantarán los muros. “
Ignacio Díaz Morales

Más, hablando siempre en términos de Bachelard, ¿Qué es la ensoñación? ¿Podemos describir poéticamente algún espacio arquitectónico habitado cotidianamente en la propia infancia? La respuesta vuelve a ser afirmativa en esta ocasión (¿Haciendo uso siempre de la “prosa poética” o el poema, en todo caso?)

Todos nosotros poseemos unos determinados gustos, corpóreos mediante estilos y/o preferencias en cuestión; y poseemos además puentes sutiles que indudable e irremediablemente (para bien o para mal) nos unen a aquellos espacios que en algún momento hemos habitado o nos encontramos habitando. Según Bachelard el hogar satisface (al menos debería hacerlo, en efecto) muchas necesidades convertido en aquel lugar en el que nos sentimos cobijados y donde podemos no defendernos, como refugio del mundo externo.

Podríamos ahora cuestionar infinitos detalles, tal vez relacionados con gustos o preferencias, acerca de los modos de vida o la creación de los espacios personales de todos los individuos-tipo (qué les obliga a elegir esto en lugar de aquello, y por qué vivir allá y no acá), pero nos vale conocer que en esta época de auge de la construcción y decoración surgen, en efecto, infinidad de preguntas que relacionan el espacio con el mundo interno de sus habitantes.

Extraño resulta comprobar entonces que, de momento, la psicología (resultante del estudio del desarrollo emocional) no admite el ambiente físico como elemento constitutivo de real importancia en la vida humana (más aquellos cuyo interés denodado se centra en la relación gente-ambiente, -como antropólogos, geógrafos, arquitectos y aquellos pertenecientes al área de la psicología ambiental- no se han ocupado con profundidad del apego emocional a los espacios que resultan conocidos).

¿Cuál es el espacio que denominamos hogar? Y más importante aparece la pregunta ¿Qué es dicho espacio?

Comenzamos creando un espacio en concreto, el cual será por nosotros contemplado a la vez que experimentado, residiendo realmente la duda en si posteriormente dicho espacio nos transforma a nosotros (Trabaja sobre nosotros). ¿Nos vemos reflejados en él? Vemos lo que hasta ese momento no habíamos visto e intentamos integrar dicho reflejo en nuestra identidad.

...”Habitación y casa son diagramas de psicología que guían a los escritores y a los poetas en el análisis de la intimidad”...

La construcción del espacio es un estado espiritual (Carl G. Jung construyó su propia casa, y dijo acerca de esa experiencia: “Tenía que hacer una confesión de fe en la piedra”), y su ordenamiento de carácter simbólico para un sujeto posee un carácter biográfico (Apreciamos cómo desde una perspectiva en concreto, Bachelard describe esta percepción del espacio como una percepción fenomenológica). ¿Podría la historia de un individuo ser narrada a partir de los espacios que ha transitado a lo largo de su vida?

La antropología de la imaginación, según Bachelard, plantearía dos líneas en cuestión: el ser ligado a la realidad y desde allí la lectura y percepción de la misma, y la dosis de creación, experimentación y manipulación dados por el lenguaje elegido, lo cual no expresa otra cosa que poner en juego la imaginación. “Las obras de arte nacen siempre de quién ha afrontado el peligro; de quién ha ido hasta el extremo de una experiencia”

Poesía. La poética de la ciudad parece trascender al mero acto poético, sin pasado como Bachelard define, ante la nueva imagen y a la repercusión que una específica imagen poética pueda ejercer sobre una o varias almas. Dicha ciudad permite además la posibilidad de percepción de la continuidad de dicha repercusión. ¿Arquetipos dormidos en el fondo del inconsciente? ¿Resonancias sentimentales de poder evocador que van tejiendo la urdimbre de cada memoria individual además de la colectiva?

“La arcilla se utiliza para modelar cántaros,
pero el uso que a estos pueda dársele,
dependerá de su espacio interior.
Sin puerta y sin ventana no se hablará de cuarto, habitación.
Aquí también es el espacio el que hace posible habitar.”
Tao Te King

Tal vez si recordamos lo que significa espacio podamos observar mejor las implicaciones del tema del espacio en relación con el hombre. (En este caso aprecio como válida dicha definición según Walter Brugger)

Siendo así el espacio se relaciona con la extensión de los reales, más no coincidiendo. Para nuestra representación sigue existiendo aunque no contenga ningún cuerpo real (recordemos cómo en la filosofía antigua el problema del espacio fue discutido en términos de oposición entre “lleno (lo lleno)” y “vacío (lo vacío)”, paralelamente a la oposición entre materia y espacio. Aristóteles concibe el espacio como “lugar” equivalente al “campo” en el cual las cosas se hacen particulares).

Entonces el espacio carente de materia se denominaría espacio vacío o vacuum. El espacio sin más o absoluto, es concebido como el continente sin límites, inmóvil y siempre existente. En este sentido, el espacio es visto entonces como el lugar en el que se vive, en el cual el ser humano “habita”. Todas las situaciones humanas tienen que ver con el espacio. El espacio como eviterno o sin final. Evo.

(*1 - Bergson, Gabriel Marcel, Heidegger, Pierre Kaufmann, Victor D´Ors, Barbotin...Todos ellos acotando el espacio de distinto modo y con distinto sentido pero semejantes en sus pilares.)

Y sin embargo, de forma muy simple, podemos reducir el espacio a “lo envolvente”, en lo que todo tiene su sitio, su lugar y su puesto. También como no oprimente y no fundamentalmente cerrado (Otto Bolnow defiende la idea del espacio como no infinito por naturaleza, pero en el caso del espacio libre, se trata de una infinitud abstracta, no la posibilidad de un avance sin impedimentos) El espacio también existe entre los objetos, no siendo sólo espacio cuando está vacío, es decir, no llegando a la superficie de las cosas más penetrando en ellas.

Bachelard expresa la relación espacio y contemplación afirmando que la inmensidad del ser se agranda a través de la contemplación, y que la actitud contemplativa es capaz de dar inmensidad a lo íntimo; acuña acertadamente la paradójica expresión “inmensa intimidad”.

(*1- En la filosofía de Bergson se aprecia de qué modo se concibe el espacio como resultado de una detención, como la inversión de un movimiento originario, afirmando G. Marcel que existen en el propio Bergson indicios que permitirían hablar de un “espacio vivido”. Para Heidegger el hecho de habitar es la llave que expresa la relación del ser humano con el mundo, y más aún, con la vida (ser humano significa habitar); el cuerpo es el espacio-patria del alma y matriz de todo espacio)

Existe de algún modo cierta sacralidad del espacio; la casa-templo, siendo todo espacio factible de distinción o ruptura, creándose un límite entre espacio sagrado y espacio profano. Según Barbotin el lugar para la manifestación se distingue de todo el resto del espacio. Este lugar es exaltado constituyendo el centro. (¿Por efecto de la poesía?)

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