jueves, 5 de noviembre de 2009

::RETRATO DE SOCIEDAD #62::



TÍTULO: "Retrato de sociedad #62" o "Wunderschön".
AÑO DE REALIZACIÓN: 2003.
TÉCNICA: Mixta.
SOPORTE: Madera.
MEDIDAS: 65 x 40 cms.
PRECIO: 450 Eu.

Este trabajo pertenece a una serie de 20 obras que se exponen unidas conformando un único trabajo. Tal comunión de creaciones tiene como objetivo la narración visual de una historia de amor, o más bien, la narración del estereotipo de la verdadera y general historia de amor.

Y sin embargo, como acostumbro, la lectura de tal historia relatada nunca es tan sencilla como puede en un principio parecer. Las trabas, en esta ocasión, se corresponden con el orden aleatorio de la colocación de los trabajos en la final composición (siempre variando tal orden cada vez que son expuestas), la utilización de un idioma no global como es el alemán, el uso directo de unos colores que inciden de manera brutal en la lectura de cada uno de los pequeños cuadros, y la expresividad o gestualidad de cada uno de los retratos.

El modelo elegido para la historia coordina en cada uno de los gestos una unión importante con la (o las) frases que acompaña, funcionando además, cada obra, como un retrato de sociedad independiente que puede ser mostrado lejos de sus hermanos. Precisamente este importante factor de independencia es el que aporta si cabe más peso a la historia final, pues cada cuadro nos habla de ciertos aspectos que complementarán la narración visual final.

La obra "Wunderschön" es la obra número 6 (del orden correcto) de la composición de 20 que son expuestas a cada ocasión.

::PENSAMIENTOS SOBRE EL DÍA LOGRADO::

-El cúlmen del día-
(Escrito con espíritu de ensayo relacionado con la obra de Peter Handke “Ensayo sobre el día logrado”)

El desarrollo lógico de pensamientos sobre el denominado día logrado no deja de ser un aspecto definido inicialmente por su carácter de potencialidad, de desarrollo temporal del futuro, guiado por sensaciones personales y distinto por tanto en distintos tipos de personas. Más bien parece que la consecución de tal día aparece fuertemente influida en base a la complejidad personal inherente a cada individuo.

La conformidad puede en este caso poseer múltiples rostros y expresar distintos aspectos ante las mismas exposiciones que cada uno de nosotros (todos distintos, repito) recibimos. Entra entonces en escena la tensión existente a la hora de intentar definir o describir el día logrado; al momento y la forma de contar todas las posibilidades para poder reconocer y no dejar escapar tal posible asimilación. Más para poder definir el día del que hablamos tenemos que cuestionarnos cada uno (y esto no puede ser de otro modo) cuales son en realidad nuestras aspiraciones de conseguirlo.

Razonable parece entonces pensar que, tras su hipotética consecución, procedamos a su conversión en proyecto de futuro, que a mayores será personal y acogido con sumo interés y cariño. Y normal puede ser también el asimilar la no existencia de tal día (más bien su substitución por aquellos comentados momentos logrados) debido al trabajo que desempeña el recuerdo en nuestras mentes. Compensa considerarlo un enorme logro y obscurecer el resto de momentos del día a favor del logrado. De ahí el carácter despótico. De este modo dicho instante queda y se mantiene aislado, y no debe desmerecerse el factor de compensar el momento, incluso aislándolo en detrimento del resto del día.

Desde el mismo punto de vista advertimos también que sumamente importante es el grado de preparación que cada uno despliegue para tal efecto, para absorber todo aspecto que pudiera ser retenido. La rutina o costumbre por fuerza negará tal posibilidad pues influye en nosotros del modo en que niega poco a poco nuestras capacidades sensitivas. Nos va conformando como simple rutina adjudicando momentos a acciones determinadas sin posibilidad de otra cosa.

¿Y si solo dedicamos el tiempo a la expectación, a la prospección en busca de aquellos aspectos que nos serían de utilidad?

Tampoco este sería proceso adecuado para conseguir atrapar el ansioso día logrado. Lo único en lo que se apoya es en la esperanza existente de conseguirlo siendo el mañana un tiempo y lugar impredecibles. Y si pensamos o aceptamos que hasta el día más imperfecto puede llegar a convertirse en el día logrado, ¿No estamos entonces acaso afirmando que un único y determinado momento de dicho día es el que ha bautizado tal consecución? A mi parecer, y sin ánimo plausible de extenderme en demasía, afirmaría que el día logrado es aquel que logra incentivarnos para afrontar el mañana con proyectos de pensamiento y trabajo. En ocasiones un aparentemente simple y cuasi inadvertido (para extraños ojos) detalle, se encarga por si mismo de hacer dicho día merecedor del recuerdo y del inicio de nuevos planteamientos. La satisfacción, en el momento de la puesta de sol, de que todo lo que era posible y necesario realizar, ha sido realizado. A fin de cuentas existir, con todas las acepciones imaginables que se puedan extraer de dicha palabra.

::BEBERÁS::

¿Sabes qué te digo? Creo que ya lo sabes; de sobra. Sabes que tengo que decirte que odio vivir contigo y que me asquea tu forma de pensar; que rechazo tus recuerdos, que manipulas a la gente, que no rompes mi rutina y que no eres como piensas. Pero todavía tengo algo más que decirte...aunque no pueda. Porque estoy aquí, de pie, en la cocina, sin poder dormir y con un ojo morado de tanto odiarte. "Cariño, prepárame algo, tengo sed"; ojalá tu sed acabase contigo pero tendré que hacerlo yo misma. Beberás tu última bebida, tu maldito té.

::ASÍ PIENSO ASÍ VIVO::

1-INTRODUCCIÓN: EL MARCO INCOMPARABLE DE LA LECTURA.

Desde que surge la escritura como definitivo y gran continente del perecedero pensamiento, nuestras pautas culturales evolutivas mantienen una progresión en constante e imparable aumento con respecto a su fuerza expresiva. Los conceptos reinventan conceptos, las palabras se multiplican y multiplican sus significados al mismo tiempo que se tergiversa el pasado. Grandes escritos son constantemente revisados e incluso se comprueban sin quererlo reescritos dando lugar a otras grandes obras; es la sociedad del comentario, la sociedad del concepto, la sociedad de la cita. Es la gran obra de la humanidad: El perfecto ejemplo de divinización de la palabra en sí misma, no como descripción del mundo sino como pura idea. Ya no queremos explicar donde vivimos sino qué significa lo que nosotros mismos hemos creado. Es entonces realmente difícil llegar a conocer el origen cuando no hacemos más que estudiar las copias de las copias de las copias que alguien tuvo a bien en enseñar. El verbo muta dios y el hombre mata al verbo de continuo.

Si vivo como pienso y la lectura me aporta sentimientos (Sensaciones - Conocimientos - Emociones - Asociaciones - Dispersiones - Conversiones - Reconversiones - Seducciones y Repulsiones -en fin, un largo etcétera-), vivo por y con la lectura; vivo en esos documentos. Así vivo como pienso:

2-DESARROLLO: LA FORMIDABLE MORADA DE LA LETRA.

Si se desea ferviente (febril – vehemente – ardiente – apasionada – ardorosa – fanática) y efusivamente la consecución del conocimiento máximo (con todas sus consecuencias), debe conocerse el pasado del que descendemos; sin ese entendimiento nunca será posible encontrarnos a nosotros mismos ni tan siquiera pensar con mínima libertad.

Planteo entonces el aislamiento carnal de carácter ermitaño (¿Por qué no?), hacia la espiritualidad; hacia el alimento del espíritu siguiendo un camino por veces esquivo y falso, y siempre incompleto; anhelo vivir rodeado de libros, lejos de distracciones corruptas que perviertan la búsqueda del conocimiento cultural. Anhelo vivir conmigo mismo y con nueve como yo, réplicas genéticamente exactas y perfectas que a partir de nuestro encierro adquiriremos por seguro caminos dispares en pro del mismo fin.

Los habitantes de esta morada (yo mismo multiplicado, quiero insistir) y su desarrollo sin duda constituirían un interesante experimento sociopsicológico que por seguro abriría nuevas vías en un territorio todavía virgen. La idea de Narcisos ávidos de conocimiento plantearía (a estudiosos e interesados) una elección de prioridades. Es posible, pero sólo posible, que tal situación terminase en desencadenar la locura de sus habitantes (de mi mismo) y el fin no fuese nunca alcanzado, o tal vez la conclusión tornase en consumación del acto de descubrir que la locura no es sino el original germen de la sabiduría.

3-CONSTRUCCIÓN / UBICACIÓN: LA ABSURDA TEATRALIDAD DE LO ESTÉTICO.

Si bien la ubicación de tal ou-topos no sería en absoluto significativo (pues lo que verdaderamente habría de trascender sería la nula posibilidad siquiera de contacto alguno con el exterior), la construcción de esta casa no se distanciaría demasiado de una morada convencional (¿Por qué de otro modo? No somos más que elementos más o menos inconexos de un tiempo y espacio determinados): Su función sería únicamente la de continente de continentes de cultura destinados a su estudio. Paredes repletas de estanterías repletas de libros repletos de conocimiento; un barroquismo placentero y plenamente consciente (no formal, mas intelectual), que a su vez visualmente tienta al lector ávido de poseer una a una cada musa literaria.

4-CONCLUSIÓN: EL PARCO UMBRAL DEL HÉROE.

Podríamos perder claridad de pensamiento y regenerar primarios instintos, y terminar por ver esto simplemente como una fisgona situación de laboratorio, en la que unos determinados especimenes exactamente idénticos, y bajo unas condiciones determinadas y constantes, (sólo interaccionando con ellos mismos -él mismo / yo mismo- y con los autores de los libros como receptores y conversadores indirectos -miembros del frugal banquete-), evolucionan hacia personalidades presumiblemente diferentes; Si es cierto que todos y cada uno de nosotros no somos más que la suma de aquello que leemos y observamos (sufrimos y vivimos, pensamos y sentimos), en este caso la práctica del conocimiento asimilado se niega por completo, dejando a resolver las situaciones de conversación por medio del análisis comparativo de diferentes pasados subjetivos.

Hay que tener en cuenta que la asimilación de conocimiento bajo estas condiciones carece de una funcionalidad práctica a posteriori, lo que, en situación extrema puede dar lugar a niveles de plena frustración (¿Inconsciente?). ¿Le encuentra sentido el músico a sus notas si nadie más que el puede escucharlas? ¿Es necesario aplicar o compartir el conocimiento para sentirlo como tal? ¿Se ha convertido ya la palabra “conocimiento” en un simple concepto? Realmente podríamos presuponer que ante la adversidad de lo desconocido, sólo el hombre, nuestra especie, construye un edificio conceptual bajo sus leyes, donde se encuentra más cómodo, anhelando tras poderosas pulsiones controlar lo que no comprende (sin querer admitir que prefiere una explicación cualquiera a la falta de explicación). ¿Y no es cierto que lo que nos mueve en este idilio no es más que la pregunta en sí misma? En realidad no queremos llegar a una respuesta, pues se acabaría la búsqueda; sería nuestra perdición. Si se consigue lo que se quiere, se acaba pereciendo.