domingo, 29 de noviembre de 2009

::RETRATO DE SOCIEDAD #93::



TÍTULO: "Retrato de sociedad #93".
AÑO DE REALIZACIÓN: 2002.
TÉCNICA: Mixta.
SOPORTE: Madera.
MEDIDAS: 100 x 80 cms.
PRECIO: 550 Eu.

Como ya ha sucedido antes, en ocasiones la persona es más importante que aquello que haya dicho, escrito o comunicado; aún cuando aquello que haya dicho, escrito o comunicado trascienda los límites de lo público y, en ocasiones, de lo genial.

Esta es la gran dificultad de algunos de los retratos que forman parte de los retratos de sociedad que compongo: desgranar la persona elegida para cada obra de sus opiniones y proyecciones, intentando enfocar la de por veces obsoleta figura y presencia humana que se esconde tras lo que en alguna ocasión hemos estudiado, leído o comprendido. Y al momento, todo aquello que por entonces imaginamos que es la persona, desfigura la verdadera e inherente faceta de simple ser humano, tergiversando de modo evidente nuestras opiniones como espectadores o estudiosos. Este es mi objetivo: revelar lo que considero que muestra el alma del elegido para el retrato.

::DÍPTICO - BASQUIAT::



El resultado del trabajo queda patente cuando comprobamos unidas ambas obras; dos obras que de ningún otro modo pueden ser expuestas más que acompañadas la una de la otra y que nos conceden amable cuando arduamente las claves necesarias para integrarse en la idea de cómo toda una vida dedicada a la pintura deviene en dos imágenes profundamente autobiográficas.

El ejercicio artístico propuesto desde el profesorado de la facultad de Bellas Artes del tercer curso consistía en considerarse parte inherente de la personalidad del artista elegido para el trabajo; bien estuviese este vivo o muerto, tendríamos que estudiar lo más a fondo posible su vida y obra, cuasi convertirnos en él mismo y realizar la que habría de ser su siguiente gran obra. Todo esto supuso irremediablemente meses de profundo estudio e intensa investigación: desde qué materiales utilizaba en sus pinturas hasta cual era su plato preferido, pasando por involucrarse en la personalidad y actos de sus amistades, el devenir propio de su vida, las influencias más características a lo largo de su obra y los intereses ocultos que podría revelar todo aquello que creaba.

::RETRATO DE SOCIEDAD #95::

TÍTULO: "Retrato de sociedad #95" o “Pre-Crónicas”.
AÑO DE REALIZACIÓN: 1999.
TÉCNICA: Fotografía.
MEDIDAS: 100 x 70 cms.
PRECIO: 600 Eu.

Este trabajo supuso el comienzo de la suministración de información hacia el espectador jugando con la capacidad críptica que nos conceden tanto el logos como el imago.

Si somos capaces, como creadores, de imponer nuestras propias normas ante la configuración del espacio mostrado, suministrando detalles y pistas sobre el mensaje que deseamos fervorosamente se haga público ¿Qué no podemos hacer? Una imagen sencilla en lo aparencial cobrará consistencia y peso cuando el trabajo que hasta su creación hemos sufrido sea tan sólido como la misma roca; e igual de quebrantable.

Lo bueno y lo malo de jugar con la mirada predatoria consiste en arriesgarse a que alguien mejor deje sin sentido y de un solo golpe a tu monstruo. Mas sin riesgo no hay recompensa. Lo expuesto es el resultado del estudio y la imaginación, de la forma y del concepto, de la figura y del fondo. Todo debe ser analizado y teorizado para arrancar paso a paso las capas de mentira, falsedad o verdad encubierta cual disfraz hasta llegar a lo que el creador nos quiere de verdad mostrar; y si vamos más allá, más al límite de lo que el primero ha llegado, obligación es transmitirlo y recuperarlo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

::RETRATO DE SOCIEDAD #41::



TÍTULO: "Retrato de sociedad #41”.
AÑO DE REALIZACIÓN: 2003.
TÉCNICA: Mixta.
SOPORTE: Madera.
MEDIDAS: 102 x 50 cms.
PRECIO: 500 Eu.

La seducción como espejo ha sido un concepto tratado en otras ocasiones; a veces, un simple porte, un ligero ángulo ofrecido al espectador de la vida cotidiana, un leve movimiento de cuello alzado y una mirada evidentemente sutil componen una serie de sensaciones y sentimientos que trascienden lo mundano.

Así, el modelo elegido para el retrato de sociedad que estáis observando obtiene como representación momentánea (instantánea) de alma una composición sencilla y sugerente. El resto de los detalles a tener en cuenta en la composición (muchos, no os quepa duda) han de ser modelados por el espectador-detective-erudito-predador del saber (tanto popular como culto, ideal visionario de las obras de arte), quien habrá de dar sentido a lo observado.

martes, 24 de noviembre de 2009

::MEMORIA DEL COBARDE::


¡Aquí dentro está todo tan oscuro...! Hace calor, demasiado calor en este adusto y fosco espacio tan sumamente estrecho en el que nos hallamos todos confinados.

Mis hermanos y yo. Nadie dice ni hace nada ante el violento futuro que nos aguarda, ni siquiera llegados aquellos atroces instantes en los que alguno de nosotros es trasladado y alejado de los que son como el, de nosotros, escogido al azar sin duda para ser vejado fuera de este punto infecto.

¿Nacimos en este lugar? No lo recuerdo bien, pero creo que no; intuyo que hemos nacido todos nosotros en otro lugar igualmente aterrador del cual nos sacaron hace tiempo. Ahora mismo, en esta celda, quedamos sólo cuatro. Tres de mis hermanos y yo; y lo más horrible es que éramos veinte...

Desde que nos trasladaron al cubil que forzadamente habitamos, aquel en el que desde entonces obcecadamente observamos o intuimos, más bien, el transcurrir de los días, hemos sido testigos de cómo se los iban llevando, uno a uno, a los demás, al exterior, a la luz, para no volver.

En el fondo estamos seguros de qué pasará una vez estemos fuera: nuestra existencia se verá truncada de la manera más horrible y espantosa que habríamos podido imaginar; nos dirigiremos hacia la peor de las muertes conocidas, y aún así… sabemos… aceptamos que hemos nacido para eso; hemos aparecido en esta vida para proporcionar con nuestra horrible muerte placer a estúpidos sin ingenio que gozan como nunca deleitándose al vernos consumir en las llamas de la tortura.

El fuego.

Ayer se llevaron… o más bien se llevó, pues sólo a uno de los carceleros hemos visto hasta el momento, a mi hermano más querido: lo sacaron de la celda cuando descansaba a mi lado, tranquilo, confiado, seguro, crédulo en la idea de que él sería el último en ser asesinado; “el afortunado”, lo llamábamos entre las desconsoladas sonrisas de los momentos más tranquilos. Realmente lo amaba. ¿Era o no el mejor de nosotros? Sin duda sería el que más hubiese merecido ser salvado... porque a veces… sólo a veces, sucede la salvación; cuentan las historias que en ocasiones no sólo uno sino varios incluso se salvan de la hoguera y escapan sin que nadie sepa cómo a su horrible y primigenio destino. ¿Gracias tal vez a la magnificencia de aquel que nos tiene retenidos? ¿Cuestiones políticas? Es posible. ¿Tal vez por un descuido? Improbable.

Yo nunca he asistido a la salvación de uno de los nuestros, y, quedando los que quedamos, no aspiro a presenciarlo nunca.

Pero mi querido hermano... mi valiente hermano… mi muy amado hermano… ¡¡No es justo!! ¡Cambiaría de buena gana mi parca vida por la suya, aunque sólo fuese para poder proporcionarle una nueva oportunidad de salvación!... mas... ¿Qué digo?... son estas únicamente desconsoladas y vacuas palabras de un cobarde como otro cualquiera al que le habría bastado en su momento con un simple empujón para ejercer de héroe; ejercer de héroe y cumplir lo que ahora grita oculto en una esquina desde su medroso interior... salvar la vida del más fuerte...

La celda en la que vivimos es pequeña, oscura y extremadamente calurosa; diseñada para veinte, incluso nosotros cuatro no nos encontramos en absoluto cómodos. Estamos de pie y dormimos de pie, y cuando éramos algunos más, para poder movernos lo debíamos hacer todos a una.

Pero es mejor dentro que fuera; aquí dentro, al menos, mantienes la esperanza; la esperanza de que la próxima vez que abran la trampilla de la celda, NO te escojan a ti; la esperanza de que cuando llegue tu propietario legal, aquel que te ha comprado, prefiera torturar y asesinar a uno de tus hermanos antes que a ti; la esperanza de ser un apóstata cobarde inmisericorde...
Los tres que quedan conmigo son los más temerosos, los más débiles, los más aprensivos; pero han llegado casi hasta el final. No hablan desde que se llevaron a mi querido y valiente hermano. Ni entre ellos ni conmigo. Sólo los escucho sollozar de vez en cuando y gemir apoyándose los unos en los otros.

Yo me he apartado de ellos porque me dan asco, repulsión; incluso más del que yo mismo me doy. Los odio profundamente. Los odio porque no merecen haber llegado hasta aquí. Porque no son dignos de haber sobrevivido a su valiente hermano. Porque se enfrentan a su cruel destino de la manera más cobarde que conozco. Los odio porque me odio a mí mismo.

Y qué importa. Nada. Nada importa ahora. Quedamos los que quedamos y punto; no hay nada más que decir. Porque es la mayor tortura y nunca esperanza el resistir aquí confinado, esperando con incertidumbre un final sobradamente anunciado.

¿Sabéis… sabéis que a veces dejan en la celda el instrumento de tortura con el que la noche o el día siguiente nos calcinarán a alguno de nosotros?

Si: En verdad ormimos al lado del instrumento de Leviatán, pero lo que no saben los que nos encierran en este lugar y nos ofrecen este destino es que morir quemado es casi un alivio… lo que, por otro lado, y descorazonadoramente abatido, me lleva a concluir que es la esperanza el arma más cruel con la que cuentan nuestros guardianes y asesinos; la esperanza es mala, virulenta… no es más que la perdición de un alma noble que espera más de lo que suele obtener.

Ya se acerca… oímos ruido en el exterior de nuestro encierro y todos sabemos que la puerta está a punto de abrirse… ¿Seré yo? ¿Tal vez sea yo el escogido? De nada sirve la pregunta sin respuesta mientras observo lo que sucede; y ya pronto lo sabré. La puerta se abre y uno de nosotros será elegido... sólo uno de nosotros… es… ¡Se acercan!... ¡Vienen a por mí! ¡¡Soy yo finalmente el elegido!!

Las fuertes manos de mi carcelero me sujetan con cruel fuerza y dureza al tiempo que me desplazan con despiadada rapidez hacia una enorme sala que nunca antes había visto... ¡Oh, Dios mío, no me has abandonado! ¡Que vista más bella existe allí donde ahora estoy! Han pasado únicamente unos segundos desde que fui escogido, y conociendo cual será mi final, mi horrendo y pavoroso final… casi pienso que merecerá la pena sufrirlo por disfrutar todo aquello que estoy divisando desde el terrible abrazo al que me veo sometido. ¡Extremada belleza de amplitud infinita! ¡Espacio sin duda propio de los dioses, aquel en el cual he de perecer! Pero... ¿Qué me sucede? Mi cuerpo… No opongo resistencia… no alcanzo a moverme… y la fuerza con la que me sujetan disminuye hasta convertirse en una cálida y dulce caricia mientras aprecio cómo el arma de mi asesino se aproxima hacia mí, lenta y parsimoniosamente, haciendo saltar las primeras chispas que prenderán en mi yo y me harán enloquecer muy pronto de dolor. ¡Amado hermano!... ¡Moriré pensando en ti! ¡Arderé considerando que estaremos juntos de nuevo en un lugar mejor!

::TRÍPTICO - ANCORA::



El que aquí aparece es el orden expositivo de los cuadros que integran este tríptico. Al igual que en anteriores ocasiones y en futuros proyectos, cada uno de los cuadros funciona a nivel individual como retrato de sociedad, pero en su conjunto, unidos, adquieren un mayor sentido; bien en cuanto a la interrelación de la palabra escrita, bien en la gestualidad de cada una de las modelos los tres trabajos simbolizan ciertas cuestiones no evidentes que han de ser desveladas por el espectador.

martes, 17 de noviembre de 2009

::HIN UND HER GEHEN::

(DIE KNOSPE)

Irgendwohin;
irgendwo;
irgendwann;
irgendwer;
                     irgend etwas.
                           Eines Mittags Kamen
                                    Einige Männer und
                                                    Frauen;
                                                                eine tages,
                                                                eines Morgens,
                                                                eines Abends.
                                                                           Eines Nachts.
Ein tiefes, gleichmäBiges
                   Brummen,
                                und Hunderte von Schaltern
                                            und Knöpfen.
                                      Soweit ich mich erinnern Kann.
                                                         der Schalter…
                                                         der Spezialist…
                                                         das Steuergarät.
                                                                            Strategisch,
                                                als ob man im Haus ein
                                                Kleines Fest feiern würde.
                                         Die Armee…
                                         das Brummen…
                                                            …an jenem Ort…
                                                                            …ängstlich.
                    Alledem,
das geheimnisvoll (unendlich)
                                       MenschenKinder;
                                                              "das Ausland":
                                                               Er Kann sich nicht mehr
                                                                                           Helfen.
Aber meine Familie hat es aKzeptiert,
                   Weil sie “vielleicht” einen Mord
                                                    Begangen habe.
                                                                  Das Reich:
                                                   Verrückt-Tolerant-stark…
                                                               Verrückt…
                                                      der Kranke.
                                                      Der Schatten;
                                                      der Hunger;
                                                      der Durst;
                                                                         die Rache!
"Sie fliegen vorbei wie nächtliche Schatten"
                                         Irgendwohin;
                                         irgendwo;
                                         irgendwann;
                                         irgendwer;
                                                        irgend etwas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

::CRÓNICAS DE HÉROES::

CRÓNICA PRIMERA:

“DE LA INTERESANTE VIDA DE RAUNO BOKJART”

No eran buenos tiempos para los campesinos (1), aunque en realidad, y si bien es cierto… nunca lo fueron; ni lo son; ni lo serán jamás. La familia del joven e impertinente Rauno había sido campesina desde siempre, tanto sus padres como sus abuelos, como los abuelos de sus abuelos y como todos aquellos anteriores a el y que todavía podían ser recordados en las oscuras y tremendamente decepcionantes historias llenas de desidia y desesperación que se narraban de boca en boca por las noches, justo antes de descansar estricta y decepcionantemente lo necesario para volver al día siguiente a lo mismo de siempre. Exactamente lo mismo. Sin cambios.

De todas formas (2), el fuerte y sobre todo confiado bonachón padre de familia, Jonblar “nariz torcida” Bokjart (3), anhelaba que la tradición campesina de su familia (4) fuese al fin denostada por el menor de sus hijos (ya nombrado con anterioridad en esta historia): el fuerte, ágil, valiente (legendario sin duda en un futuro) y séptimo rubio descendiente de su estirpe, Rauno Bokjart (5).

Casi desde el momento en que Rauno llegó a este mundo (6), su carácter fue muy distinto al de los insípidos y aburridos componentes de su familia: apenas sabía gatear cuando ya escapaba del cuidado de aquel encargado (horrible misión) de custodiarle y se asomaba al corral donde tranquilamente descansaban y se alimentaban las gallinas, gallos, ocas y demás aves allí reunidas, apareciendo (irremisiblemente y con demasiada asiduidad) una o dos de ellas muertas instantes después de su visita; y es que a Rauno siempre le pudo cierta curiosidad; desde muy pequeño.

Tardó bastante en aprender a hablar, y nunca demostró demasiado énfasis (más bien ninguno) a la hora de aprender las burdas y habitualmente erróneas escrituras que su paciente madre terminaba por transmitirle (7). Sin embargo Rauno, pocos años después (ya curtido en el idioma y conociendo algo más que el gruñido y algo menos que la primera letra del abecedario (8)), cansado de sus batallas con las feroces bestias de corral (las cuales ponían duramente a prueba las en absoluto limitadas capacidades estratégicas del pequeño (9)) y hastiado, al mismo tiempo, de su incansable práctica de lanzamientos de proyectiles a larga, media y corta distancia (cuanto más corta mejor, pues detestaba errar en este campo del conocimiento), comenzó a interesarse por todo aquello que había más allá de las tierras que amablemente habían sido cedidas por el Barón Wilfredo para su expolio, preguntando a todo bicho viviente con el que se cruzaba, incluyendo, sin dudarlo en este caso, a su anodino abuelo Soma (10).

Fue así como Rauno conoció gran variedad de hechos acaecidos allén de las tierras que tanto detestaba a tan corta edad: aventuras de grandes guerreros y bellísimas princesas; horribles dragones y ejércitos sin igual; impresionantes batallas y chismorreos de corte sin par. Todo ello (aderezado con esa pizca de insana imaginación generada por quien cuenta historias en las que no ha estado presente) acabó provocando en el joven Rauno un definitivo aislamiento del mundo del vasallo (11), a la vez que multiplicaba su curiosidad sin límites acerca de la vida caballeresca. A partir de aquellas historias contadas por el viejo Soma, Rauno dejó de trabajar la tierra lo poco que lo hacía, dejó de ayudar a su padre en el mercado lo poco que lo hacía y dejaba, a fin de cuentas y desde aquellos instantes, de arrimar el hombro en la difícil vida familiar del campesinado (para sustituir todo ello por el fantasioso y emocionante mundo guerrero -o al menos lo que Rauno entendía por tal- que se abría ante sus ojos).

Cierto día, no mucho después, y avivado por una extraña sensación de ansia febril no conocida hasta el momento, reunió Rauno más que suficiente cantidad de coraje y voluntad (aspectos ambos ampliamente conocidos en el rapaz por todo el pueblo…), y robó los pocos ahorros que su madre, durante muchos y muy difíciles años había logrado reunir (12). Con aquellas monedas compró entonces los apenas nulos servicios de un poco agradable anciano y ermitaño extranjero que por entonces residía no lejos de allí, y que, según se decía, había participado en más de una batalla formando parte de diversas levas (recibiendo asimismo más de un noble rasguño).

Rauno compró su entrenamiento como caballero (alquiló al cabo la instrucción en el noble arte de la guerra, el conocimiento sobre cómo quitar la vida; se hizo, en fin, con toda aquella desbordante sabiduría), y con el dinero sobrante (Rauno era consciente de su excelsa experiencia en el regateo), compró una increíble espada de fabuloso hierro oxidado.

Y así, amanecer tras amanecer, acudía Rauno a sus lecciones, aprendiendo y asimilando con increíble velocidad todo lo que obtenía al exprimir la incontestable mente de su nuevo maestro, el cual resultó tener por nombre Brune, y por afición, la bebida. Ambos, entre clase y clase (e incluso en medio de ellas, fueran éstas prácticas o teóricas), frecuentaban diversas tabernas o burdeles de la principal ciudad del gran Baronado (13), en malas horas y peores compañías, discutiendo sobre las estrategias de grandes batallas, aportando soluciones para la victoria del bando perdedor, gritando alabanzas a antiguos héroes, peleando en defensa de la justicia universal y bebiendo, pero sobre todo y más que nada, bebiendo (14).

Por entonces, al iniciar aquellas lecciones, tenía Rauno quince años, pero tan desarrollado estaba que podría pasar por un mozo de mucha más edad.

Fue un oscuro día de invierno en lo más profundo de la menos digna de las tabernas de Glarús, cuando Brune decidió que Rauno había aprehendido la magnificencia de la guerra y, a fin de cuentas, todo lo que conocía el mentor acerca del tema, comunicándoselo (de un modo que daría mucho que hablar en el lugar) a su camarada aprendiz:

-“¡Estás listo!(15).

Tres semanas habían pasado exactamente desde que el prometedor hijo de campesinos había reunido el coraje y la valentía suficientes para comenzar a forjar su destino, y estaban entonces por fin llegando los frutos; y con los frutos bien es sabido que se puede paliar el hambre; y si no hay hambre es que se ha comido; y si se ha comido se está fuerte y sano; y sólo así, de este modo, puede uno llegar a ser caballero.

Rauno ya había cambiado.

Su moral había sido pervertida en sólo veintiún días.

Ahora era mucho más cruel.

Al día siguiente se levantó dolorido como nunca (debido sin duda a la enorme resaca provocada por la excelsa celebración del día anterior), pero por lo menos se había despertado en su propio camastro. Eso ya era un buen comienzo. Cogió las mejores botas de su padre, la mejor capa de su hermano mayor, la mejor ropa del segundo de sus hermanos, el mejor gorro de su madre (esto último sólo son suposiciones), y le reclamó a su joven hermana la vaina para la espada que le había mandado hacer a cambio de su silencio (16), saliendo luego a la puerta de la casa: su familia habría de despedirlo.

No hubo lágrimas, ni llantos, ni gritos de júbilo, cuando lo más apreciable era la digna mirada henchida de orgullo de Jonblar y la tristeza gris en los ojos de Datia. Nadie abrazó a nadie, mas, como último detalle, Rauno montó la mejor mula que tenía la familia, ni siquiera se despidió cuando partió a lomos de su cabalgadura y desapareció por el frío y nevado camino del norte en dirección a la fortaleza del Barón Wilfredo.

Rauno, con actitud despectiva, cruzó el pueblo; y con mirada desconfiada, cruzó el bosque; y con gran alivio llegó a otro pueblo; y con nueva desconfianza atravesó otro bosque. Fue en éste mismo donde Rauno (lección bien aprendida de Brune) hizo sonar el cuerno, el cual con su sonido avisa, a aquel que lo escuche, de las buenas intenciones del portador. Pero de lo que nunca le advirtió su antiguo maestro, fue que ese mismo sonido puede servir de reclamo, tal vez no a uno o dos salteadores, pero sí a un grupo más o menos organizado. Y eso fue exactamente lo que sucedió: poco después de emitir aquel ronco aviso (ya con los músculos más relajados y hasta admirando de vez en cuando el paisaje), aparecieron en el camino, frente a el, a unos veinte metros, dos (indudablemente) salteadores de caminos. Rauno desenvainó confiado su pesada espada y bajó de la mula, caminando en actitud claramente provocativa hacia los salteadores (los cuales sacaron del cinturón sus cuchillos), quienes emitieron un extraño sonido.

Y aparecieron dos más por la retaguardia (en ese momento la mula escapó o se la quedaron los bandidos, no se sabe a ciencia cierta) y tres a la derecha del camino; y cuatro por la izquierda… A nuestro héroe no le salían las cuentas (se hacía un lío a partir del tres), le temblaban las piernas, sudaba a raudales, sus manos y brazos de repente no tenían fuerza, su orina alcanzaba la tan ansiada libertad y sus heces en breve lo harían; no podía caminar, ni centrar su mirada en un punto fijo… estaba perdido, no… ¡¡estaba a punto de morir!!

Y murió.

Se cree que alguno de los salteadores le cortó la cabeza (no de un solo golpe, no; no fue tan estética la acción (17)). Algunos dicen que luchó como un gato salvaje (en cuanto pudo tranquilizarse, suponemos), y otros cuentan que los salteadores lo tuvieron muy difícil, pues hasta llegaban a confundir los agudos gritos que brotaban cual histérica fémina de la garganta de Rauno, y sus excéntricos movimientos con una violenta posesión demoníaca; el caso es que en este punto de la historia confluyen demasiadas variantes de entre las cuales ninguna se encuentra correctamente demostrada.

De este modo acabó la única oportunidad que tuvo (en toda su historia) la familia Bokjart de truncar la carrera campesina de su estirpe, gracias a los tesoros que el joven Rauno les enviaría durante su exitoso futuro. Pero lo que sus familiares no supieron, ni sus enjutas mentes sospecharon jamás (a excepción tal vez de su bonita hermana), es que el joven campeón nunca les habría ayudado en nada; eso nunca lo haría; pero sólo yo lo se. Sólo yo.

Desde aquel día el cuerpo del desdichado comenzó a pudrirse al lado de aquel camino.

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(1)-Tengamos en mente que esta pequeña historia -inmersa por supuesto en acontecimientos de mayor relevancia histórica- acaba siendo situada en torno al año mil después de nuestro señor, época en la que Europa se encontraba en una nueva situación política, económica y social que hemos dado en llamar feudalismo: el poder estatal se había disgregado en unidades autónomas; la economía era rural; y una minoría controlaba las masas de campesinos, siendo dueña de las tierras y de los medios de producción. Según hemos podido entender, esta situación fue justificada ideológicamente como la única posible en una sociedad cristiana.

(2)-…Y teniendo en cuenta lo muy acostumbrados que se encontraban los integrantes de la extensa familia Bokjart a pastorear, sembrar, recolectar, pagar, pagar y pagar lo impagable al noble bajo cuya protección vivían sin duda mucho más felices y seguros que bajo el terrible mandato de los bárbaros que de continuo asediaban al Barón sin que el grandioso Rey aparentemente actuase en defensa de los nobles delegados administrativos de sus extensos y gloriosos (y desafortunadamente poco fértiles) territorios…

(3)-Tenemos constancia de que el apodo “nariz torcida” sobrevino tras una reyerta en una taberna en la que el fuerte Jonblar se enfrentó a tres mercenarios (y cinco gigantes) que se disponían a abusar de alguna que otra joven que por allí pasaba en inoportunos momentos. Nada más se supo nunca de los tres mercenarios (ni que decir sobre los hipotéticos gigantes), los cuales, después de romperle literalmente la cara a Jomblar (amén de varias costillas y un brazo, mal curado y para siempre en peor estado) y después también de abusar de la chiquilla que habían escogido, desaparecieron tranquilamente por el nevado camino del norte.

(4)-La familia Bokjart estaba integrada por el gran Jonblar -cabeza de familia- y por su dulce y oronda pelirroja esposa Datia, y el mayor de los hijos llamado Braden, y el segundo de sus hijos llamado Jocalt, y el tercero de sus hijos llamado Bradon, y el cuarto de sus hijos bautizado Pelio, y la quinta -y en exceso soñadora- hija Bandia, y el sexto de sus hijos llamado Traco, y el séptimo y más valiente llamado Rauno; y también el imperecedero abuelo Soma y su (por descontado) aparentemente inmortal segunda esposa llamada Pesca.

(5)-Históricamente no podemos demostrar ninguno de dichos apelativos, salvo “séptimo”, claro, lo cual fue cierto.

(6)-Un parto difícil como nunca se recordaba en el lugar; al pequeño diablo le costó salir, entre los gritos y estertores, los llantos y los aullidos de la dulce y (hasta el momento) pausada Datia, aparentando el jabato por entonces una apatía sin igual y un “dejarse llevar” por la situación, que en el futuro no dejaría de acompañarle allá donde fuese.

(7)-Poco después de empezar las lecciones semanales, lo había dado Datia ya por imposible, y tan harta y cansada estaba de la educación en general (tantos habían pasado ya por sus cuidados) que no tardó en delegar dicha cuestión a sus hijos mayores, Braden y Jocalt, los que, sorprendentemente, se tomaron la educación de su hermano más pequeño muy, muy, muy poco en serio.

(8)-Contaba por entonces nueve primaveras nuestro querido protagonista.

(9)-Una de las escaramuzas (incluida en posteriores estudios sobre las estrategias del joven Rauno) más espectaculares, tuvo a bien en sucederse en el mismo centro del corral. Éste, en toda su extensión, era cruzado diagonalmente por una especie de riachuelo, objetivo tanto del agua de una pequeña fuente cercana, como de los residuos familiares de los Bokjart; tal riachuelo tenía, en sus extremos, dos pequeños puentes de madera fabricados cariñosamente por Jonblar muchos años atrás.

Rauno había llegado tarde al corral aquella noche; estaba en esta ocasión acompañado por dos de sus generales: dos gatos salvajes que participaban con el mismo énfasis que el pequeño en la masacre de las aves; la familia estaba en el mercado; el perro estaba encerrado. El momento era inmejorable.

Sin previo aviso, pero consciente de las fuerzas que le esperaban al otro lado del paso, Rauno, cruzando el puente en solitario, atacó al grupo de temerosas aves que estaban al otro lado; pero esta vez le estaban esperando: antes de poder atravesar el puente por completo, tres grupos de gallinas lideradas por tres gansos, arremetieron sin piedad hacia las piernas del valiente; las fuerzas empezaban a fallarle. Ante la debilidad, tres grupos más de gallinas y los dos restantes de ocas que estaban parapetados en la entrada de las instalaciones de descanso de las aves, acudieron con presteza para abatir de una vez por todas a su mortal y eterno rival. Pero en el fondo todos estos movimientos habían sido calculados por el gran capitán: antes de decidirse a cruzar el puente en solitario había mandado los dos gatos salvajes bordeando el ríachuelo amparados en la oscuridad hasta llegar al otro puente; éste estaba débilmente defendido por un pequeño grupo de cuatro gallinas y un gallo, los cuales, en el momento del ataque de Rauno en el puente sur, y ante la victoria segura de las aves, habían decidido confiados dejar sin vigilancia el puente para acudir a la batalla participando en la derrota del titán. Craso error: los dos gatos salvajes pudieron así cruzar el puente sigilosamente y bajar hasta la posición de su jefe, atacando por la retaguardia y creando tal caos y confusión entre las gallinas, que los gansos no se vieron posibilitados para reaccionar, ni siquiera pudiendo movilizar a sus aliados sorpresa (los cuatro pavos que recientemente había adquirido jonblar en el mercado -debido a la extraña disminución de las aves de corral- y que ya estaban al corriente de la guerra entre aves y humano) pues, en realidad, el primer movimiento de Rauno fue atrancar la puerta del anexo al corral en el que estaban estas peligrosas criaturas.

Una gran victoria.

(10)-Una de las historias que más influyó en Rauno fue una de las primeras que su abuelo le narró: la historia transcurría en un remoto reino, muchos años atrás, en el que un apuesto caballero de fuertes brazos y reluciente armadura llegaba tras un largo viaje a un castillo en el que era recibido por muchas bellas y jóvenes vírgenes sin ropa que…

(11)-Vasallo. Del céltico GWAS, latinizado VASSUS / VASALLUS = hombre, esclavo. Designa, lo mismo que la palabra hombre (homo), a la persona que ha prestado homenaje a un señor. Homenaje: del latín HOMINIUM / HOMINAGIUM = acción de convertirse en hombre de un señor.

(12)-Cuando tanto Jonblar como Datia se percataron de la terrible ausencia de aquellos ahorros (en absoluto desconfiaron del perfecto Rauno), cayeron todas las culpas (y los golpes) sobre la pobre e inocente Bandia, la cual recibió tal somanta de palos y durante tanto tiempo, que una de sus dos muy bonitas piernas nunca se recuperó, al igual que su sonrisa, la cual desapareció para siempre -aspecto que también fue comentado durante mucho tiempo en el pueblo, por cierto-)

(13)-La ciudad de Glarús no destacó por su bella y fuerte muralla, ni por la bravura de su ejército, ni por la higiene y salud de sus habitantes, ni por la nobleza de su corte, ni por la justicia de su señor, ni por tantas otras cosas que, en caso de poseerlas, ya no sería Glarús, sino tal vez alguna otra ciudad amurallada, limpia y justa de cualquier otro importante lugar.

(14)-Si bien no puede demostrarse la veracidad de lo siguiente, hemos tenido a bien incluir un pequeño fragmento escrito, perteneciente a un historiador de Glarús que en su momento prestó mucha atención a la vida de Rauno; no es posible confirmar su veracidad, como decimos, precisamente por una extraña obsesión que residía en este historiador con respecto al protagonista y todo aquello que le rodeaba. Ahora presentamos el documento para que el lector saque sus propias conclusiones:

Aquel día de invierno en el que las tropas del Barón Wilfredo defendían las fronteras del norte, yo presencié cómo el maldito Rauno Bokjart (¡mil cuervos devoren a ese hijo de loba y a toda su familia!) apuñalaba a traición a mi muy querido hijo Fribourg, después de que mi muy añorado y valiente primogénito intentase defender a un anciano, del robo que estaba realizando el hijo de mil perras muertas…

(15)-Esto es, a día de hoy, lo que se cree que dijo Brune a Rauno el día en cuestión, existiendo de todas formas, varias versiones sobre las palabras exactas e incluso sobre el sentido de las mismas en aquella corta frase, pues el gaznate del mentor había sido bañado con abundante vino del sur y aguamiel del norte, pagados con las últimas monedas que Rauno había ofrecido por sus clases.

(16)-La joven Bandia, después de la paliza a la que la sometieron sus padres (y al silencio de su hermano Rauno (cuando ella recibía los golpes), que fue quizás lo que más le dolió, pues la pequeña desde el principio supo quién había robado las monedas de la familia) se dedicaba a vagar por los bosques en pos de los pájaros, melancólica; a observar el reflejo de su bonito rostro en los estanques, apesadumbrada. Pero un día de verano Rauno la descubrió desnuda en el río cercano a la vivienda familiar, bañándose al lado de un anciano comerciante de piel flácida y carcomida. Después de lo que siguió al baño (acto observado con sumo interés por parte de Rauno, quien hasta el momento había visto a muchas ancianas copulando, pero nunca a una joven y por ende, menos a su propia hermana), el viejo y adusto personaje dejó caer unas míseras e ínfimas monedas al lado del cuerpo tumbado y exhausto de Bandia, quien se encontraba gimoteando levemente, guardando aquellas podridas monedas en una bolsita de cuero que sin duda contenía algunas más, pero ni por asomo todavía la misma cantidad que le habían acusado de robar.

(17)-Un peregrino en sempiterno viaje hacia el campo de las estrellas, alertado por el irritante sonido que provenía de lugar no lejos de donde se encontraba, presenció la muerte del caballero Rauno Bokjart a manos de unos infames asesinos y salteadores de caminos; nadie advirtió su presencia, por lo que pudo contar lo acaecido, aunque por poco tiempo, pues las terribles imágenes que desgraciada y atentamente observó lo sumieron en la locura; nunca llegó a aceptar que aquellas acciones pudieran existir en la naturaleza humana por corrompida que esta estuviese: espiar aquella decapitación arruinó su equilibrio mental. Antes de caer en el pozo de la locura, de todas formas, escribió lo presenciado, y recientemente se han hallado copias del manuscrito (al parecer muy extendido entre aficionados de la época a este tipo de sucesos macabros) que no nos hemos atrevido a reproducir en esta historia.

martes, 10 de noviembre de 2009

::SERIE - QUE MÁS PUEDEN DECIR ESTAS PERSONAS::



Esta es la serie completa tal cual es mostrada en el orden correcto. El que ofrezca la pista adecuada en cuanto al orden de lectura establecido no responde más que a la premisa de, en la medida de lo posible y sin traspasar la frontera de la evidencia, captar la atención una vez que uno de los pasos de la mirada predatoria está ya dado.

Los cuadros, como ya he explicado en otros artículos, funcionan de manera independiente como retratos de sociedad; pero es al estar juntos cuando muestran todo lo que cada uno de ellos grita al unísono. Tal vez mostrado el conjunto se reconsideren las preguntas que cada espectador debe hacerse para poder encontrar no ya la solución, sino el camino que lleva a ella.

lunes, 9 de noviembre de 2009

::SOBRE LA PRESENCIA Y LA AUSENCIA::

(La esencia y la ausencia)

(Escrito con espíritu de ensayo relacionado con la obra de Henri Lefebvre "La presencia y la ausencia; contribución a la teoría de las representaciones")


Como en la mayoría de las ocasiones, revelador aparece el analizar un texto en concreto bajo la imposición de una idea prefijada como punto de partida a partir del cual llegar a sintetizar cada una de las palabras, y más importante, su conjunto. Eso mismo haré de nuevo a partir de este instante, exhortando a todo compañero e incluso lector a que realice dicho acto del mismo modo, y solo hablaré de lo que me interesa; únicamente de aquello que aparezca con el objetivo de colaborar con el desarrollo de mis ideas y mis actos. Me interesará todo aquello que consiga visualizar como perteneciente a mi propio entorno.

Insiste la vivencia en proporcionarnos a todos nosotros una serie de determinadas experiencias, las cuales pueden instruirnos directamente en el saber o acaso instarnos a acometer de un modo más indirecto la extracción de dicho (ansiado y pleno) conocimiento. Una reafirmación en si misma sobre uno mismo.

El observar las vivencias desde un supuesto e inicial punto de vista objetivo, supone una recaída en las propias vivencias para así concluir un conjunto de concretos dogmas que por supuesto se metamorfosean en plenamente subjetivos. Surge entonces el momento en el cual pretende aparecer el anhelo de posesión de otras vidas tal vez más difíciles que hubieran aportado otro tipo de experiencia acaso más completa.

Cierto se muestra a mi entender el rechazo de la idea de permanencia en la vivencia propia por el aparentemente simple factor que afirma que la única utilidad que a partir de ese momento podría producirnos sería la posibilidad de re-exposición de lo vivido sobre un nuevo tiempo y momento, que además de cambiar dicha experiencia, le añadiría un renovado interés quedando así transfigurada tal vivencia.

Alimentarnos de todo nuestro aprendizaje no es más que la evolución lógica de todo ser humano, convirtiéndose en aspecto importante cómo tratamos dicho crecimiento cognitivo. Se habla en un determinado momento sobre dos clases de periféricos (de dicho modo denominados) definiendo y ensalzando el uno en detrimento del otro, siendo únicamente una visión determinada, nunca general y mucho menos dogmática, puesto que difícil parece evitar morar en las fronteras, al menos durante algún tiempo, no siendo el no conseguirlo en absoluto fallo, error o fracaso alguno. ¿Debe evitarse la búsqueda de la vanagloria, sea esta como sea? ¿Acaso es tan marcada la figura del héroe, siempre luchador, revelador y rebelde en pro de una justa causa que como premio le otorgaremos sin más el conocimiento crítico como si de un bendito trofeo se tratase? ¿Qué sucede con el villano? tal vez su nombre pese demasiado. Pero a mi parecer es cierto que la vida en ese límite produce la sensación de explorador e incluso profeta, al parecer dejando a un lado (¿consciente o inconscientemente?) las denominadas tierras prometidas. Sólo abre el camino hacia dichos emplazamientos para quien desease llegar a ellos pero nunca antes hubiese podido hacerlo.

Claro es que lo que aterroriza a esta clase pueda ser el devenir temporal precisamente de sus propias vivencias, obligándole en cierto modo a continuar, a permitir que otros sean los que se detengan. Sólo hay dos caminos: el comentado entre las palabras sobre las cuales tratamos de pensar, o el de precisamente ahondar a favor del tiempo en un claro y único tipo de saber.

Sin embargo, se nos adjudica entonces un papel de hombre desplazado, asunto transparente de todos modos en cuanto al proceso de creación, cuyo máximo rival es su ego apoyado por el devenir. El tiempo y su ser real son los que a cada instante entorpecen su creación al mismo tiempo que aportan caracteres de personalidad y actuación. la figura que da y quita nos produce el deseo de crear como defensa en tal batalla. No en absoluto nosotros mismos sino nuestras representaciones serán lo importante, al menos lo clarificador a otros ojos. La gran obra comentada.

“Inmortaliza o eterniza a su manera ficticia-real un instante, una belleza mortal y fugitiva, un acto, un héroe, alguien o algo. Toda obra se parece a un monumento y los monumentos son grandes obras” (...) ”frágil, vulnerable, impugnable pero poderosa, la obra se enfrenta tanto a la duración como al público” (...) ”la obra parece producir su tiempo, su espacio, su afirmación y su fuerza”.

¿No es excesiva y presuntuosa aseveración el afirmar que el saber nunca predomina? incluso Wagner aparece más interesante que fausto en ciertas ocasiones.

Por otra parte me gustaría saber quien no desearía escuchar las anteriores afirmaciones aplicadas sobre su creación. y sin embargo, ¿Qué cariz tomaría todo pensamiento si en lugar de imaginar en nuestras mentes la palabra presencia, la substituimos por esencia?, (a mi parecer más acertado concepto para el caso). Estaríamos hablando pues de esencia y ausencia, siempre y cuando pudiésemos justificar tal cambio. La esencia comprendida como base fundamental de la persona, instante indivisible del alma. el problema radica entonces en conocer la manera de actuar con motivo de comprender y recoger la esencia de lo retratado. Todos los pasos que deberían acometerse (no pudiendo de ningún modo ser explicados) para captar la personalidad esencial y ausente a partir de un momento dado. Ciertamente se comprenden mejor los conceptos atendidos en el texto si pensamos es la presencia como esencia.

Si a estas alturas le parece al lector que divago, dejaré que piense que es posible que no avance por equivocado camino. Todos los conceptos, ideas y afirmaciones presentes en el texto (entre ellas la inclusión del concepto de mónada, tal vez algo irreflexiva su utilización en alusión a la obra de arte, apareciendo ésta extrañamente divisible en desacuerdo con la idea de Leibniz) las intuyo en base a personales conclusiones, o al menos pensamientos.

Llegados a este punto sólo resta añadir breves apuntes: la inspiración carece de todo aspecto romántico que pudiera serle concedido en este punto. No es más que la evolución temporal que surge (en apariencia de ningún lugar) de un análisis interno sobre las teorías planteadas o concebidas. En cuanto a la relación entre lo infinito-finito afirmar simplemente (a pesar de su apariencia de obviedad) que del “todo” se llega a un lugar, en todo campo, modo, forma, manera o estilo de pensamiento.

::RETRATO DE SOCIEDAD #21::



TÍTULO: "Retrato de sociedad #21" o "Sie spielen Theater".
AÑO DE REALIZACIÓN: 2003.
TÉCNICA: Mixta.
SOPORTE: Madera.
MEDIDAS: 65 x 40 cms.
PRECIO: 450 Eu.

Este trabajo pertenece a una serie de 20 obras que se exponen unidas conformando un único trabajo. Tal comunión de creaciones tiene como objetivo la narración visual de una historia de amor, o más bien, la narración del estereotipo de la verdadera y general historia de amor.

Y sin embargo, como acostumbro, la lectura de tal historia relatada nunca es tan sencilla como puede en un principio parecer. Las trabas, en esta ocasión, se corresponden con el orden aleatorio de la colocación de los trabajos en la final composición (siempre variando tal orden cada vez que son expuestas), la utilización de un idioma no global como es el alemán, el uso directo de unos colores que inciden de manera brutal en la lectura de cada uno de los pequeños cuadros, y la expresividad o gestualidad de cada uno de los retratos.

El modelo elegido para la historia coordina en cada uno de los gestos una unión importante con la (o las) frases que acompaña, funcionando además, cada obra, como un retrato de sociedad independiente que puede ser mostrado lejos de sus hermanos. Precisamente este importante factor de independencia es el que aporta si cabe más peso a la historia final, pues cada cuadro nos habla de ciertos aspectos que complementarán la narración visual final.

La obra "Sie spielen Theater" es la obra número 19 (del orden correcto) de la composición de 20 que son expuestas a cada ocasión.

::RETRATO DE SOCIEDAD #11::



TÍTULO: "Retrato de sociedad #11" o "Die bildung".
AÑO DE REALIZACIÓN: 2003.
TÉCNICA: Mixta.
SOPORTE: Madera.
MEDIDAS: 65 x 40 cms.
PRECIO: 450 Eu.

Este trabajo pertenece a una serie de 20 obras que se exponen unidas conformando un único trabajo. Tal comunión de creaciones tiene como objetivo la narración visual de una historia de amor, o más bien, la narración del estereotipo de la verdadera y general historia de amor.

Y sin embargo, como acostumbro, la lectura de tal historia relatada nunca es tan sencilla como puede en un principio parecer. Las trabas, en esta ocasión, se corresponden con el orden aleatorio de la colocación de los trabajos en la final composición (siempre variando tal orden cada vez que son expuestas), la utilización de un idioma no global como es el alemán, el uso directo de unos colores que inciden de manera brutal en la lectura de cada uno de los pequeños cuadros, y la expresividad o gestualidad de cada uno de los retratos.

El modelo elegido para la historia coordina en cada uno de los gestos una unión importante con la (o las) frases que acompaña, funcionando además, cada obra, como un retrato de sociedad independiente que puede ser mostrado lejos de sus hermanos. Precisamente este importante factor de independencia es el que aporta si cabe más peso a la historia final, pues cada cuadro nos habla de ciertos aspectos que complementarán la narración visual final.

La obra "Die bildung" es la obra número 8 (del orden correcto) de la composición de 20 que son expuestas a cada ocasión.

::ACERCA DEL ESPACIO POÉTICO::

(Escrito con espíritu de ensayo relacionado con la obra de Gaston Bachelard “La poética del espacio”)

¿Es posible, acerca del libro de Bachelard que estamos tratando, deslindar al menos algunas ideas en la comprensión de la arquitectura desde el carácter de la poesía? Por supuesto, la respuesta a esta pregunta debe ser afirmativa.

“Lo primero es concebir la “cosa poética”; alrededor de ella se levantarán los muros. “
Ignacio Díaz Morales

Más, hablando siempre en términos de Bachelard, ¿Qué es la ensoñación? ¿Podemos describir poéticamente algún espacio arquitectónico habitado cotidianamente en la propia infancia? La respuesta vuelve a ser afirmativa en esta ocasión (¿Haciendo uso siempre de la “prosa poética” o el poema, en todo caso?)

Todos nosotros poseemos unos determinados gustos, corpóreos mediante estilos y/o preferencias en cuestión; y poseemos además puentes sutiles que indudable e irremediablemente (para bien o para mal) nos unen a aquellos espacios que en algún momento hemos habitado o nos encontramos habitando. Según Bachelard el hogar satisface (al menos debería hacerlo, en efecto) muchas necesidades convertido en aquel lugar en el que nos sentimos cobijados y donde podemos no defendernos, como refugio del mundo externo.

Podríamos ahora cuestionar infinitos detalles, tal vez relacionados con gustos o preferencias, acerca de los modos de vida o la creación de los espacios personales de todos los individuos-tipo (qué les obliga a elegir esto en lugar de aquello, y por qué vivir allá y no acá), pero nos vale conocer que en esta época de auge de la construcción y decoración surgen, en efecto, infinidad de preguntas que relacionan el espacio con el mundo interno de sus habitantes.

Extraño resulta comprobar entonces que, de momento, la psicología (resultante del estudio del desarrollo emocional) no admite el ambiente físico como elemento constitutivo de real importancia en la vida humana (más aquellos cuyo interés denodado se centra en la relación gente-ambiente, -como antropólogos, geógrafos, arquitectos y aquellos pertenecientes al área de la psicología ambiental- no se han ocupado con profundidad del apego emocional a los espacios que resultan conocidos).

¿Cuál es el espacio que denominamos hogar? Y más importante aparece la pregunta ¿Qué es dicho espacio?

Comenzamos creando un espacio en concreto, el cual será por nosotros contemplado a la vez que experimentado, residiendo realmente la duda en si posteriormente dicho espacio nos transforma a nosotros (Trabaja sobre nosotros). ¿Nos vemos reflejados en él? Vemos lo que hasta ese momento no habíamos visto e intentamos integrar dicho reflejo en nuestra identidad.

...”Habitación y casa son diagramas de psicología que guían a los escritores y a los poetas en el análisis de la intimidad”...

La construcción del espacio es un estado espiritual (Carl G. Jung construyó su propia casa, y dijo acerca de esa experiencia: “Tenía que hacer una confesión de fe en la piedra”), y su ordenamiento de carácter simbólico para un sujeto posee un carácter biográfico (Apreciamos cómo desde una perspectiva en concreto, Bachelard describe esta percepción del espacio como una percepción fenomenológica). ¿Podría la historia de un individuo ser narrada a partir de los espacios que ha transitado a lo largo de su vida?

La antropología de la imaginación, según Bachelard, plantearía dos líneas en cuestión: el ser ligado a la realidad y desde allí la lectura y percepción de la misma, y la dosis de creación, experimentación y manipulación dados por el lenguaje elegido, lo cual no expresa otra cosa que poner en juego la imaginación. “Las obras de arte nacen siempre de quién ha afrontado el peligro; de quién ha ido hasta el extremo de una experiencia”

Poesía. La poética de la ciudad parece trascender al mero acto poético, sin pasado como Bachelard define, ante la nueva imagen y a la repercusión que una específica imagen poética pueda ejercer sobre una o varias almas. Dicha ciudad permite además la posibilidad de percepción de la continuidad de dicha repercusión. ¿Arquetipos dormidos en el fondo del inconsciente? ¿Resonancias sentimentales de poder evocador que van tejiendo la urdimbre de cada memoria individual además de la colectiva?

“La arcilla se utiliza para modelar cántaros,
pero el uso que a estos pueda dársele,
dependerá de su espacio interior.
Sin puerta y sin ventana no se hablará de cuarto, habitación.
Aquí también es el espacio el que hace posible habitar.”
Tao Te King

Tal vez si recordamos lo que significa espacio podamos observar mejor las implicaciones del tema del espacio en relación con el hombre. (En este caso aprecio como válida dicha definición según Walter Brugger)

Siendo así el espacio se relaciona con la extensión de los reales, más no coincidiendo. Para nuestra representación sigue existiendo aunque no contenga ningún cuerpo real (recordemos cómo en la filosofía antigua el problema del espacio fue discutido en términos de oposición entre “lleno (lo lleno)” y “vacío (lo vacío)”, paralelamente a la oposición entre materia y espacio. Aristóteles concibe el espacio como “lugar” equivalente al “campo” en el cual las cosas se hacen particulares).

Entonces el espacio carente de materia se denominaría espacio vacío o vacuum. El espacio sin más o absoluto, es concebido como el continente sin límites, inmóvil y siempre existente. En este sentido, el espacio es visto entonces como el lugar en el que se vive, en el cual el ser humano “habita”. Todas las situaciones humanas tienen que ver con el espacio. El espacio como eviterno o sin final. Evo.

(*1 - Bergson, Gabriel Marcel, Heidegger, Pierre Kaufmann, Victor D´Ors, Barbotin...Todos ellos acotando el espacio de distinto modo y con distinto sentido pero semejantes en sus pilares.)

Y sin embargo, de forma muy simple, podemos reducir el espacio a “lo envolvente”, en lo que todo tiene su sitio, su lugar y su puesto. También como no oprimente y no fundamentalmente cerrado (Otto Bolnow defiende la idea del espacio como no infinito por naturaleza, pero en el caso del espacio libre, se trata de una infinitud abstracta, no la posibilidad de un avance sin impedimentos) El espacio también existe entre los objetos, no siendo sólo espacio cuando está vacío, es decir, no llegando a la superficie de las cosas más penetrando en ellas.

Bachelard expresa la relación espacio y contemplación afirmando que la inmensidad del ser se agranda a través de la contemplación, y que la actitud contemplativa es capaz de dar inmensidad a lo íntimo; acuña acertadamente la paradójica expresión “inmensa intimidad”.

(*1- En la filosofía de Bergson se aprecia de qué modo se concibe el espacio como resultado de una detención, como la inversión de un movimiento originario, afirmando G. Marcel que existen en el propio Bergson indicios que permitirían hablar de un “espacio vivido”. Para Heidegger el hecho de habitar es la llave que expresa la relación del ser humano con el mundo, y más aún, con la vida (ser humano significa habitar); el cuerpo es el espacio-patria del alma y matriz de todo espacio)

Existe de algún modo cierta sacralidad del espacio; la casa-templo, siendo todo espacio factible de distinción o ruptura, creándose un límite entre espacio sagrado y espacio profano. Según Barbotin el lugar para la manifestación se distingue de todo el resto del espacio. Este lugar es exaltado constituyendo el centro. (¿Por efecto de la poesía?)