martes, 3 de noviembre de 2009

::SOBRE LAS ACTIVIDADES DE LA BUSQUEDA::

Ya en el proyecto había comenzado en cierto modo la búsqueda de aquel posible resultado (posibles resultados) que concentrase toda la información que exponemos (o expondremos) desde nuestro punto de vista. Esto es: A medida que nuestro pensamiento avanza conformando la base de lo proyectado, vamos al mismo tiempo creando imágenes en nuestra mente a modo de tanteo sobre la posible conclusión que produciremos.

Ojalá todo fuese tan sencillo y clasificable como aparece en algunos escritos. No existe una diferencia clara entre el desarrollo del proyecto y la búsqueda del método (diferencia temporal marcada, aprecio) tanto en cuanto no aparecen una detrás de otra. Si bien es cierto que se comienza por el proyectar, dentro de ese marco ya nos introducimos (tal vez sin quererlo) en una consciente búsqueda sobre el método, y posteriormente, ya en el taller, nuestra concepción sobre el proyecto de exclusiva posesión personal puede provocar el regreso y la revisión del mismo proyecto.

Cuando tengo claro que existen ciertos aspectos que deseo introducir en una obra es cuando me pongo a trabajar en la búsqueda del método. Empiezo por investigar cómo tratar de la forma pictórica más apropiada todos aquellos elementos con los cuales he conformado un proyecto más o menos fiable, pero ya tengo bocetos realizados; ya tengo obras cuasi delimitadas que han ayudado enormemente a la configuración del proyecto. La propia realidad nos confirma entonces que el proceso de creación no cesa en ninguna de las etapas que manejamos (manejaremos) a lo largo de nuestro período de aprendizaje, además de obviamente comenzar en aquel punto que primero damos en tratar: el pensamiento.

Afirmando esto último con la ayuda de la comparación, gracias al proyecto conocemos dónde aparecerá el final <“en el norte, todo recto”, nos dice>. Debido a la búsqueda del método sabremos si es mejor atravesar las montañas o arriesgarse a escalarlas; cruzar el profundo río o seguir su curso; evitar determinados pueblos o descansar en algunas de sus posadas; pero siempre hacia el norte, hacia el lugar que hemos decidido alcanzar por medio de la reflexión (y) de la razón.

Realmente es fascinante cómo se produce la búsqueda, no tanto sobre la elaboración del proyecto como de recursos sobre el método y añadidos de información que podamos apreciar. A la hora de la necesidad de elaborar una lista bibliográfica deberemos anotar en ella aquello que nos ha sido de utilidad y también lo que no. No puede ser (en relación con el proyecto) que tras haber leído algún libro, este no sea de referencia a pesar de que directamente no posea alusiones claras hacia nuestras ideas. Es decir: Si uno de los aspectos vitales más marcados por ahora de las obras que permanecen realizadas con el sentido de bocetos es la visión frontal de un rostro en diferentes técnicas, aludiendo de forma obvia al concepto de retrato, leeré también documentos que sin tener nada que ver con el tema en cuestión (en principio) puedan ayudarme o dirigirme en algún otro aspecto del proyecto a desarrollar, aunque sea precisamente por que no tiene nada que ver: Aunque sea por exclusión, es una decisión que marcará la evolución del pensamiento aplicado. Y con esto quiero decir que cuanta más complejidad aportemos al proyecto, más abanico poseeremos de alusión o referencia, de aprendizaje, pero a la vez más cuestiones y problemas se plantearán en todo el recorrido temporal. Cuando se desean tratar conceptos tales como la humanidad, el rostro y sus facciones o expresiones, el espacio y su dimensión, su inutilización, la palabra y la definición, entre otros muchos… ¿Qué documento no habla en el fondo sobre la humanidad, o se detiene aunque sea brevemente en la descripción del protagonista (definición en cierto modo), o crea una atmósfera de un determinado tipo que podremos analizar y asimilar, o distintos recursos estilísticos de la utilización de la palabra o la imagen, o nos muestra espacios vacíos o llenos jugando con la sobreexposición de información (Saló) o la privación de la misma, la desinformación (Corazón de cristal)? Y así podríamos seguir durante increíblemente prolongados momentos, exponiendo determinados asuntos a tratar en el proyecto y de dónde y cómo y cuando se pueden extraer los conocimientos, no solo de la literatura, sino del cine, la música...etc, no dejando cerrada ninguna de las puertas existentes.

Y sin embargo es cierto que existen distintos tipos de lectura del mismo motivo elegido, según sean nuestras preferencias o deseos, búsquedas y anhelos, confirmando que la lectura del buscador se convierte en un juego de reconocimiento de lo útil.

Aparentará en un futuro no haber leído el libro o documento (¿Asimilación aprobada entonces?) pues recordará del mismo que extrajo determinados aspectos para su análisis y posterior utilización, pero tal vez no su presencia real. Presencia que habría reconocido si hubiese leído el mismo libro ante la obligación expresa del analizarlo y comentarlo, y que es posible hubiese absorbido con más fuerza si lo hubiese elegido leer por decisión propia.

Una vez en el taller, en el espacio de trabajo, el artista, el creador, juega con los recursos que posee; y es realmente divertido tratar este asunto como un juego, observando cómo en un entorno en particular (creado este entorno consciente o inconscientemente, configurado personalmente según Partenheimer) el aprendiz juega a ser maestro y a enseñar todo aquello que pueda. Pero casi tanto podemos aprender del espacio en el que ese mismo artista interactúa.

De todas formas, existe un peligro importante que deberíamos poder advertir tanto como ser capaces de corregir en el caso de vernos implicados en el; se trata de la obcecación, aspecto a evitar cuando nos encontremos en un punto de aparente desasosiego o involución. Sí es cierto que una vez desarrollado el proyecto, y pensado en principio cómo se recurrirá al método para contar nuestro interés, aparenta un retroceso el decidir (tras cierto tiempo) que no podemos hacer más que volver a recomenzar el planteamiento dimensional del proyecto. Si nos damos cuenta de que con los asuntos que narramos hemos caído en el formalismo (acaso formulismo) metodológico, sólo puede haber dos soluciones aparentes: que hayamos llegado al desarrollo formal ideal del proyecto, o que en cierto modo nos estanquemos por razones que tal vez no conozcamos; que insistamos en hacerlo de una determinada manera por motivos que son del todo producto… o del subconsciente… o de la dejadez… y sea precisamente eso lo que no nos permita ver con claridad.

Se comenta que “...sometidas a presión, las cosas nos hacen gestos de complicidad y colaboración...”, situación que puede en parte explicar esto último que hablamos, aunque abundantes veces creeremos ver signos o señales en todas partes motivados por nuestra posible obcecación y falta de esperanza.

No es este mismo más que el problema de quien tras intentar obtener la mirada predatoria, la acaba alcanzando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario