jueves, 29 de octubre de 2009

::CARTAS A TORGUEN - CARTA 1::



-CARTA PRIMERA-


Hacéis bien a mi parecer, joven y desconocido amigo, al buscar no únicamente Tiempo para dedicar al rastreo de escritos (como mucha otra gente acaba haciendo) sino rastrear los mismos Escritos, que sin embargo mencionáis tan austeramente en vuestra carta. ¿Podríais llegar a decirme qué escritos en concreto habéis ya podido leer? Cómo y donde los habéis encontrado? Nunca sabe uno donde pueden estar descansando las rarezas más ansiadas.

Del mismo modo, me interesan también sobremanera las historias que afirmáis componéis (extraño es en estos tiempos hallar a un solo ser humano que, trabajando en menester diferente al letrado, dedique su imago a tal oficio) y sería sumamente placentero el recibir permiso y posibilidad de vuestra parte para ojear (con atención superlativa) vuestras letras y su unión.

Me halaga, de todas formas, el leer de vuestro propio puño que habéis escuchado historias relacionadas con mi figura (alguna de ellas, al menos) y que desearíais conocer más acerca de una determinada serie de temas que exponéis en vuestra carta. Os seré sincero: extraño es, pero valiente, preguntar con estos modos algo acerca de la misma Orden de los Señores del Azar, e incluso más sobre las reuniones (secretas, cómico parece pues) en las cimas de los bosques. Tal vez deba conoceros algo mejor de lo que ahora os conozco para poder confiar en vos.

Sin embargo: Adquiero capacidad para apreciar a la buena voluntad habitando en vuestras palabras, movidas sin duda por la curiosidad de aquel visionario que desea conocer (con todo lo que tal propia palabra pueda implicar), por lo cual veo posible que en breve podamos charlar más profundamente, y sobre temas menos banales que los típicamente archivados en las cabezas de todos nosotros a la hora de darnos a conocer a otros.

Como inicial muestra de buena voluntad, con esta respuesta os envío como presente tres ejemplares de palomas pardas del sur adiestradas con el máximo esmero (así siempre debe ser), en compañía de un gavilán negro adecuado como protector de la misma tarea. En la pata de éste os llegará un pequeño frasco de vidrio con un líquido rosáceo en su interior: Este liquido os ayudará en las tareas de adiestramiento de aves, siguiendo unas breves e iniciales notas explicativas (están estas en la segunda paloma) sobre el desarrollo de esta no fácil tarea de enseñanza. Espero que empiece así con buen pié vuestra pequeña legión de mensajeros; desconozco cuantas aves poseéis y cuanto sabéis del tema del adiestramiento pero hacedme saber vuestros límites y así podré mejor apoyaros. De las palomas pardas que a vos llegan ahora he de indicaros que aquella que llevará el mensaje principal, esta carta o primer escrito que os envío, tiene por nombre Azeral; La siguiente que ha de llegar y que tiene espesos plumones blancos a lo largo del corto cuello se llama Mizel, y la tercera en discordia (de carácter algo rebelde pero no por ello de peores aptitudes) fue nombrada como Zarzal. El gavilán, que antes que sus compañeras ha llegado y que posiblemente ha causado en vos algún recelo (tengo por seguro que no permitió que cogieseis el rosáceo néctar hasta una vez arribadas las palomas y explicado, pues, el asunto), tiene por nombre Cuidador, y soportará a mayores la obligación, por mí impuesta, de acompañaros allá donde vayáis (aparte de avisaros y defenderos de algún peligro ocasional, será mensajero y defensor de sus aladas amigas y efectuará lo que pueda y por vos sea menester encomendarle).
Así pues, vuestro es lo que antes era mío; espero os agrade tanto su compañía como su servicio.

Viaja con mis mejores designios.




Corem El-Sharlak.
Desde la ciudad de Kaviak.
Año del mono viajero.

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